Arrufos y Rima LIII

            

               El cuadro, Arrufos, de Belmiro de Almeida y el poema Rima LIII de Bécquer tienen muchas semejanzas entre los elementos románticos. Los dos muestran mucha emoción, especialmente el sentimiento de tristeza.  Los dos tienen un tono de melancólica; el cuadro demuestra por las posiciones de las personas y los colores oscuros, y el poema muestra la melancólica por la elección de palabras fuertes y tristes.   Además, el cuadro y el poema exponen ideas del amor fracasado.  La posición de la mujer representa tristeza y desesperación. También, un poco de la naturaleza del cuadro muestra el amor fracasado con la flor roto en el suelo. En el poema, mucha naturaleza está mencionado para demonstrar un ciclo que vuelve la naturaleza, aunque el amor no sigue este ciclo.  Bécquer busca al futuro, asimismo como el cuadro guía su ojo a la luz a la izquierda, que puede representar el futuro. En progreso, solo la cara del hombre está mostrado, entonces, la mujer está rechazando el amor. Pero, la cara del hombre dice que pasará este momento de angustia.  Igualmente, en el poema, la mujer a que Bécquer se dirige el poema rechaza el amor de él, y que espera el regreso del amor, aunque sabe que no va a volver. El autor del poema habla a su querida en el fin del poema, que es similar de lo que trata el cuadro.  En resumen, los elementos que comparten las dos obras de romanticismo son el tono melancólico, por la expresión de los sentimientos, la inclusión de la naturaleza, y los temas del amor fracasado.

Rima LIII de Bécquer

En el poema de Bécquer, el autor cuenta observaciones naturales y esperanzas para el futuro. En la primera estrofa, dice que las golondrinas van a volver a construir los nidos con sonidos de jugar en el balcón de una persona. En la segunda estrofa, describe las golondrinas que observan la joya del amor de la pareja del autor y dice que no van a volver para eso. En la tercera estrofa, habla de las flores que revuelven cada año a escalar la pared y abrir por los días. Pero, habla en la cuarta estrofa de la falta del regreso de las flores que gotean gotitas del rocío.  En la quinta estrofa, dice que las palabras amorosas van a volver y la pasión en el corazón va a volver. Pero, en la sexta estrofa, dice que aunque el autor espera el regreso de su amor como él quiere el amor de dios, no va a revolver el amor de la mujer que habla. En resumen, el autor describe las esperanzas y las dudas del amor a través de las observaciones y comparaciones de naturaleza.